Final de la carta leída
La penúltima dosis:
>>Tras todo este tiempo de lectura, es decir, a continuación, me gustaría finalizar con la siguiente observación: a las preposiciones les gusta la compañía y, por eso, aparecen junto a otras palabras formando las locuciones preposicionales. Aunque también les gusta la soledad y así las usamos en muchas de nuestras conversaciones coloquiales. Nunca habéis oído o dicho ¿A…? ¿Ante…? ¿Bajo…? ¡Con…! ¿Contra…? ¿De…? ¿Desde…? ¡En…! ¡Entre…! ¡Hacia…! ¡Hasta…! Para… Por… ¿Según…? ¡Sin…! Sobre… ¿Tras…?
>>Y se os entiende perfectamente.
>>Espero que os haya gustado esta actividad de lectura en alta voz.
>>Muchas gracias por escucharme y aguantarme.”
Y dobló sus papeles y los guardó.
Al finalizar los cortos minutos de lectura no se esperaba el espontáneo aplauso de todos los oyentes. Fue el momento en el que dio paso a las preguntas, pero nos había dejado boquiabiertos y nadie utilizó los signos de interrogación.
En ese instante alguien tocó en la puerta. Era el invitado.
-Entre y acompáñeme, por favor –dijo el profe que se había acercado a abrirle.
Y pasó un hombre al que acompañaba un perro lazarillo. El invidente se presentó diciendo que se llamaba Manuel. Y empezó su actuación. Tres breves cuentos muy bien relatados y uno más que le pedimos. Más de un minuto duraron los aplausos finales.
¿Cómo acabará este corto relato?
Mañana lo descubrirás.
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