Última dosis
Así termina el corto relato sobre las preposiciones que has venido leyendo desde hace varios días:
El último que contó fue muy cortito y fue el que más llamó mi atención. El personaje me recordó a mi profe de Lengua, el lector. Lo contó más o menos así:
“Érase una vez un profe que jugaba con las palabras y quería que sus alumnos hicieran lo mismo. Un día les propuso un juego: cada vez que abrieran la boca para decir algo tenía que salir por sus labios alguna preposición pronunciada de manera especial. Y si no tenían que quedarse callados. Tras los primeros minutos de silencio para pensar, casi todos se animaron a participar y hubo muchas risas y fiestas con las ocurrencias. Se dijo de todo. Y quedaron en repetirlo otro día. Y así lo hicieron. Y colorín, colorado,…”.
Por cierto, el ciego también usó muy bien todas las preposiciones.
Finalmente, lo que hicimos todos fue acudir a la biblioteca de aula a recoger nuestro libro de lectura para dedicar los últimos minutos de la sesión a esa beneficiosa tarea individual. El timbre del recreo nos interrumpió.
Después de esta divertida y diferente sesión de Lengua, me entraron ganas de escribir algo al estilo del relato corto que nuestro profe nos había regalado. Porque nos dio una fotocopia.
Y así lo hice. Pero eso lo contaré otro día.
Espero que te haya gustado.
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