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Lo que hay que saber

Estas orientaciones son una ayuda para que prepares mejor los controles finales.

Para 1º:

Después de demostrar que sabes de significados de palabras, de sinónimos y de familias léxicas, tienes que resumir un fragmento con tus propias palabras.

También debes conocer las clases de palabras, analizar fomas verbales, localizar sujetos y analizar una oración simple. Y redactar con corrección una carta.

Para 3º:

Los objetivos son:

-Comprendo el significado de varias expresiones de un fragmento y resumo los hechos con mis propias palabras, sé localizar diferentes oraciones coordinadas, las analizo, las clasifico y las empleo en una redacción sobre un tema.

-Demuestro los conocimientos sobre las unidades dadas: el origen y la evolución del castellano y el barroco, contestando varias preguntas sobre esos temas.

Para 4º:

Tienes que demostrar que sabes resumir un fragmento narrativo y localizar los diferentes mecanismos de cohesión que usa el autor para usarlos en una redacción sobre un tema, así como analizar y clasificar subordinadas.

También hay que conocer el contenido de las unidades dadas: los mecanismos de cohesión y los tipos de texto y la poesía y la novela de posguerra, contestando varias preguntas sobre esos temas.

2 comentarios

Cristina Gonzalez -

Para empezar el profesor llegó a la clase, puntual como cualquier otro día. Al empezar la sesión dijo que iba a empezar el tema 13 que traba de la literatura de la posguerra.
Empezamos leyendo la primera página que iba sobre el contexto histórico. Como siempre se resaltaban algunas cosas, porque podía que entrasen en el examen. A continuación comenzamos a hablar de la poesía, lo que mas destacábamos eran los autores más importantes y sus obras, porque nos era útil para el examen.
Finalmente, de improviso sonó el timbre, no nos habíamos dado cuenta de lo rápido que pasó la clase. Ángel antes de irse nos recordó unas actividades que teníamos que realizar y a continuación abandonó la clase.

Nacho Meribo Santana -

Era un lunes cualquiera, nada más y nada menos que a segunda hora, probablemente la sesión de literatura peor situada de toda la semana. Aquella sesión fue una de esas clases en las que uno da cabezadas y cabezadas y pesca alguna que otra palabra suelta que enlaza como puede.

Era día de explicar la poesía de posguerra, recuerdo que sólo escuchaba a compañeros soltando palabras sin sentido, que por más que me esforzaba lograba comprender. Llegó un momento en el que decidí ponerme en marcha y hacer un último esfuerzo.

Solo quedaban 15 minutos, tenía muy poco tiempo para intentar entender todo aquel rollo que estaban soltando. Mientras atendía fui entendiendo algunos conceptos, pero no eran suficientes. Tocó la campana, todo el mundo salió disparado pero era tal mi desidia que me quedé sentado en mi pupitre y me leí todo aquello consiguiendo así entender la mayoría de la materia.