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Intermediarias

Se podría decir que las preposicones son palabras intermediarias que sirven como nexo que relaciona palabras entre sí y que tienen variados significados.

Ellas son las protagonistas de un corto relato que voy a dar a conocer en pequeñas dosis.

Empiezo con la primera:

Se le notaba, tenía muchas ganas de hacer una proposición con las preposiciones. Una decente y corta proposición narrativa para deleite o aburrimiento de sus alumnos en el año de su jubilación. Y, como Tauro y metalingüístico que era, lo hizo en pleno enero el mismo día del comienzo del segundo trimestre. Fue su regalo de Reyes. Debió dedicar bastantes horas de sus vacaciones navideñas para escribir su relato, aunque nos confesó que fueron varios los meses sentado ante el ordenador y tecleando línea a línea.

Cuando aquella mañana mi profe de Lengua entró en el aula, sacó de su maleta lo que habitualmente solía extraer y colocar sobre su mesa y, además, un documento de varias páginas, escrito a mano, que se dispuso a leer sin mediar ninguna introducción de la sesión. Ese día eran otros los planes de Ángel.

Y, tras su habitual y educado saludo, empezamos a escuchar su enérgica voz:

-Esta es la historia de unas palabras muy libres, muy sueltas y muy amistosas. Van puestas delante de otras y son unas excelentes compañeras. Se llaman “preposiciones”. Forman parte de los llamados sintagmas preposicionales y cumplen diferentes funciones dentro de una oración. Todos habéis oído hablar de ellas y todos las usamos al hablar y al escribir.

>>El insigne autor realista canario don Benito Pérez Galdós escribió dos renglones sobre ellas en su obra La conjuración de las palabras. Cito: “Las Preposiciones eran enanas, y más que personas parecían cosas, moviéndose automáticamente: iban junto a los Sustantivos para llevar recado a algún Verbo, o viceversa.” ¡Qué genio! ¡Vaya creatividad!

>>En este relato las preposiciones son las verdaderas protagonistas.

>>“A” no solo es la primera letra del abecedario o alfabeto y una de las vocales abiertas. Es como mi nieta Lucía que quiere ser siempre la primera en todo y que es muy extrovertida. Y muy lista. “A” es, alfabéticamente, la primera preposición. Ella, como todas, tiene como misión fundamental la de ir delante y preceder a otras palabras. Y pierde el nombre cuando se junta con el artículo determinado “el” para formar la contracción “al”. Y mira si tiene importancia que en el diccionario de la RAE hay más de veinte acepciones sobre su uso. Algunas de ellas como sinónima de otras preposiciones. Por ejemplo: significa “para” en “A beneficio del grupo”. Se siente muy dolida cuando algunos, por descuido o por incultos, la escriben con H.

La siguiente dosis, mañana.

Si quieres el pdf completo y gratis pulsa en la imagen:

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