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Ante, bajo, cabe

Tres preposiciones más en esta segunda dosis de mi corto relato.

El profe sigue leyendo su carta.

>>“Ante” es la segunda de las preposiciones y también es un animal. ¿Alguien sabe lo que es un alce? Un alce no es otra cosa que un ante. ¿Y qué es un ante? Quiero que os imaginéis a un mamífero rumiante. Mejor, quiero que veáis la imagen que tenéis ante vosotros. Delante de vosotros tenéis un ante. Cuando mi nieta Lucía lo vio con sus enormes astas en un documental me dijo que se parecía mucho al ciervo. ¡Pobre animalito! Lo digo porque con su piel adobada y curtida los hombres de antes y los de ahora han hecho y hacen vestidos de toda clase.

>>“Bajo” no solo es preposición. Escucha bien y lo comprobarás. Cuando bajo cada noche a pasear “so” pretexto de tomar el aire, oigo tocar el bajo al bajo profesor bajo las estrellas. Él dedica sus graves y melancólicas notas a mi amiga, vecina del Bajo B que vive debajo, dos pisos más abajo. Parece un juego de palabras, ¿verdad? A mi nieta, que como esta preposición tampoco tiene ningún complejo de inferioridad ni necesita ir a ningún psicólogo, le gusta más el contrabajo. “Bajo” significa lo contrario que “sobre”. Lucía ya lo tiene muy claro porque se lo ha explicado muchas veces la pareja Epi y Blás.

>>“Cabe” es una preposición en desuso y que encontramos en algunas poesías. No se escribe igual que la homófona forma verbal “cave” del verbo cavar. Recuerdo lo que me decía el poeta de mi padre, bisabuelo de Lucía, cuando hablaba de su trabajo en el campo: “Cave como cave la tierra siempre tengo cabe mí la mejor herramienta y una bota de buen vino. Haz tú lo mismo y ten cerca de ti buenas palabras para expresarte mejor”. Y procuré hacerle caso. Cabe decir en este momento que el anónimo autor de la novela picaresca “El Lazarillo de Tormes” usó esta preposición en el episodio de la jarra de vino: “Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino, cuando comíamos, y yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados, y tornábale a su lugar.” Hay que traducir la preposición “cabe” por las expresiones “cerca de” o “junto a”. No cabe duda de que el pícaro se buscaba la vida con sus constantes picardías.

Recuerda que el pdf gratuito lo tienes en el enlace de esta imagen:

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